Desde la creación de la Unión Europa hemos visto muchas veces cómo todos los países que conforman la eurozona se han unido para potencias su virtudes y esconder sus defectos. En este caso, se cumple esa máxima de que los resultados se multiplican exponencialmente si todos los integrantes del equipo actúan como si fueran uno solo. Política, economía, derechos sociales… Muchos son los campos en los que lo hemos visto. Pero si hay un punto en el que todos los países de la Unión Europea han puesto su grano de arena para crear algo grande es en el nuevo sistema de navegación europeo Galileo.
El Galileo es un sistema de navegación orientado por satélite que ha sido creado por la Unión Europea con ayuda de la Estación Espacial Europea. El principal motivo por el que se creó este sistema de navegación por satélite fue para dotar a Europa de la autonomía que merece un continente tan fuerte como éste, ya que así deja de depender del GPS estadounidense y del GLONASS ruso.
Una de las principales diferencias entre el Galileo y los otros dos sistemas de navegación (GPS y GLONASS) es que el europeo se utilizará totalmente para fines civiles, mientras que los otros dos también se utilizan para fines militares.
Lo que podría suponer un punto insalvable a la hora de plantear estrategias conjuntas, no es más que un mero formalismo. En la práctica, el sistema de navegación Galileo y el GPS son totalmente compatibles. Sin ir más lejos, hace unos meses que los responsables de ambos proyectos decidieron emprender una aventura conjunta para mejorar la experiencia del usuario. Este proyecto está amparado por el marco de la Estación Espacial Internacional (EEI), cuyo fin no es otro que el de conseguir que un mismo dispositivo reciba dos señales diferentes de satélites para mejorar la ubicación.
En la actualidad, el sistema de navegación Galileo cuenta con 18 satélites orbitando alrededor de la tierra y se estima que la cifra podría llegar a 24 en 2020. De esta forma, se estima que a partir de entonces podrá estar en igualdad de condiciones frente a los gigantes de USA y Rusia. Mientras tanto, Europa sigue con su ruta marcada, trabajando a pasos forzados, hasta lograr su objetivo: un sistema de navegación totalmente independiente.
La importancia de tener un sistema de navegación independiente es que permite mejorar la navegación por satélite y hacerla mucho más precisa. Es decir, un sistema de navegación por satélite independiente te permite poder predecir mejor la meteorología, te da la posibilidad de observar el cambio climático desde un punto de vista más certera y mejora el transporte automatizado y las rutas marítimas.
En definitiva, el sistema de navegación Galileo ya está aquí y ha venido para quedarse. Ahora solo necesita un poco más de tiempo para ir adaptándose y llegar al nivel de los otros dos grandes sistemas de navegación por satélite.